Desde el momento en que la vinculación económica tiene
una relación estrecha con la vida de todos los seres humanos, es inexorable que
ésta tenga injerencia directa en el proceso educativo de nuestro país. Conocer
el funcionamiento de la economía nacional nos sirve para reconocer y comprender
los fenómenos sociales que acontecen a cada instante en nuestra sociedad.
Adam Smith dice que el hombre bien preparado puede igualarse en el
proceso de producción a una máquina cara; pero lamentablemente la situación
económica actual pareciera no respetar más esta idea. Ahora la relación entre
preparación académica y un nivel de ingreso personal alto ya no es tan
equitativa.
Los docentes tenemos el enorme reto, primero
convencernos de la importancia de una educación económica personal y después de
la relevancia de inculcar en las generaciones venideras que es fundamental
tener una cultura del ahorro y consumo responsable. Con ello la globalización
podrá ser entendida como un proceso ágil y dinámico que tiende a dar mayor
comodidad a aquellos que saben qué papel juegan conscientemente en dicho
devenir histórico y social.
Reconocer que la
función económica es inherente a nuestra forma de vida es una realidad, sabemos
que conocer el sistema económico y el papel que representamos en dicho universo
financiero, nos permite vislumbrar las relaciones existentes entre los hechos
acaecidos observables y las repercusiones que en muchos momentos no son tan
fáciles de analizar.
Esta relación tan
estrecha entre la economía y la
educación es sin duda una forma de entender las diferentes interconexiones
existentes entre todos los factores que tienen que ver con la forma en que la
sociedad puede explicar los fenómenos sociales, políticos, económicos y hasta
porque no generacionales que se presentan a cada momento en una sociedad tan
dinámica como la nuestra.
Es entonces la
información y el conocimiento el que puede dotar al hombre de todos los
elementos que le permitan entender, analizar y después transformar la realidad
en la que habita. Esta es la labor que nos corresponde realizar en nuestro
devenir cotidiano, luchar por influir en el traslado de la información y más
importante aún la interpretación de dichos datos para que los receptores,
nuestros alumnos, puedan ser capaces de desarrollar la habilidad para
desentrañar un mundo que pareciera estar codificado para unos cuantos.
Saber cómo la propia
economía personal es un reflejo de la cultura nacional, es un parte aguas
importantísimo para develar la relación tan directa que se puede observar entre
el bienestar social y la productividad de la economía nacional. Con ello se
puede analizar la equidad en la distribución de la riqueza y recapitular en la
forma en que la enseñanza está ayudando o no a la mejora de este reparto.
Como conclusión es
muy interesante poder analizar las características que provienen del modelo
económico mundial, el cual tiene un profundo efecto en la economía nacional e
individual; esto asociado a la relación definitiva con la educación de nuestro
país arroja datos que permiten reflexionar sobre la importancia del
conocimiento para no ser una botella arrojada al agua, la cual se dirige a
donde la lleve la corriente.
Este conocimiento es
la herramienta fundamental que hace al hombre libre y capaz de saber manejar
las circunstancias que están a su alcance para poder crear una mejor forma de
vida que influya en la transformación primero, de la realidad de los suyos, y
después porque no, en la realidad colectiva nacional.
Vargas, M. R. (s.f.). AMPSIE.
Recuperado el 15 de Noviembre de 2018, de
https://www.psicoedu.org/economia-y-educacion/
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