La sociedad evoluciona. Las nuevas
tecnologías modifican nuestro trabajo, la comunicación, la vida diaria en las
aulas y el pensamiento. Por ello es impredecible ampliar y mejorar la formación
de os docentes dirigida fundamentalmente hacia una correcta practica reflexiva,
para la innovación y la cooperación.
Debemos exigir una mayor implicación
en la realidad social, no solo a través de la implicación en los diversos
proyectos y planes educativos fomentados desde la administración, sino también como
portadores de cultura, valores y normas. No ejercidos nunca en solitario, sino
en común con el conjunto docente.
Pero la educación y el contexto
social en el que se enmarca se transforma constantemente, apareciendo y
desapareciendo continuamente normas, decretos, leyes, que modifican una y otra
vez el sistema educativo. Es lógico que nos adaptemos a las nuevas tecnologías,
que modifiquemos nuestros pensamientos, nuestro trabajo, pero sin olvidar que
la sociedad también cambia y no siempre para mejor. La diferencia y
desigualdades se hacen más profundas o se reinventan en nuevos ámbitos.
Lógicamente, los cambios de la
sociedad deben verse reflejados en la evolución de las instituciones. Pero esto
no puede llevarnos a modificar el sistema educativo una y otra vez, en función de la política reinante, con lo que realmente
supone modificar los objetivos, contenidos, metodologías, recursos, criterios
de evaluación entre otros.
Este pensamiento tantas veces
expresado por el conjunto docente debemos hacerlo prevalecer, buscando una
estabilidad necesaria para un correcto crecimiento y enriquecimiento educativo
de nuestra cultura. Prevaleciendo por encima de toda situación social o política,
que trate de manipula o modificar a sus anchas el sistema educativo y con ellos
también la sociedad.
Es misión de la sociedad y a los
cambios que esta experimenta y la inmovilidad relativa de la educación ante los
cambios. Siempre evitando las separaciones infranqueables y desajustadas, que
puedan suponer precipicios insalvables cultural y educativamente.
Es verdad, que la modernización de
las tendencias educativas, de las nuevas tecnologías, de los recursos pedagógicos,
tecnológicos, informáticos, curriculares ha avanzado muchísimo en los últimos años
y quizás los centros de formación de los nuevos docentes no han evolucionado
siempre al mismo ritmo. Pero, en gran medida, somos los propios docentes los que
debemos esforzarnos y no acomodarnos a nuestras rutinas. Ni por nuestra calidad
como docentes, ni por nuestras exigencias a las mejorar de las condiciones laborales.
Ambos aspectos parece en muchos casos que se nos olvidan cuantos años llevamos
ejerciendo nuestra labor.
Caballero, A. D. (2008).
La educacion en el contexto actual.
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